¿Cuánto tiempo debería durar tu póliza de seguro temporal?

Una de las decisiones más importantes al contratar un seguro de vida temporal no es solo cuánto necesitas, sino por cuánto tiempo necesitas esa protección.

Elegir bien el plazo puede marcar la diferencia entre tener cobertura cuando más lo necesitas o quedarte desprotegido justo en el peor momento.

¿Qué significa “plazo” en un seguro temporal?

Cuando hablamos de seguro temporal, el “plazo” es el número de años que la póliza estará activa:

puede ser por 10, 15, 20, 25 o hasta 30 años, dependiendo de la compañía.

Durante ese tiempo, si falleces, se paga el beneficio. Si el plazo termina y sigues con vida, la póliza expira (a menos que se renueve)

¿Cómo saber cuánto tiempo necesitas?

Todo depende de tus responsabilidades y tus metas familiares. Aquí algunos puntos clave:

¿Tienes hijos pequeños? Asegúrate de tener cobertura hasta que terminen la universidad (por ejemplo, 20 años).

¿Tienes una hipoteca? Calcula cuántos años faltan para pagarla y usa ese número como plazo.

¿Tienes deudas importantes o dependientes económicos? Considera un plazo que cubra el tiempo necesario para que tu familia sea autosuficiente.

¿Planeas jubilarte temprano? Asegúrate de que tu seguro dure hasta ese punto, cuando ya tengas otros recursos de retiro.

Un ejemplo sencillo

Si tienes 35 años, dos hijos de 5 y 3 años, y una hipoteca a 25 años, lo ideal sería un seguro de 25 o 30 años.

Así te aseguras de que, si algo sucede, tu familia está protegida hasta que los niños crezcan y la casa esté pagada.

¿Y si te pasas de años?

No está mal tener un poco más de protección de la necesaria.

Recuerda: si compras una póliza más larga desde el principio, será más barata que intentar renovarla después, cuando seas mayor.

Conclusion

El mejor plazo para tu póliza es aquel que cubre tus responsabilidades actuales y futuras.

Piensa en tus hijos, tus deudas, tus planes de retiro, y asegúrate de tener un seguro que los proteja hasta que ya no te necesiten.

El seguro temporal funciona como un puente. Solo tú decides hasta dónde debe llegar.

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